sábado, 19 de abril de 2014

Eros y magia en el Renacimiento, Ioan P. Culianu.

«En un momento determinado, la censura había transformado la personalidad: la gente había perdido la costumbre de utilizar activamente su imaginación y la de pensar por “cualidades”, puesto que ya no estaba permitido. La pérdida de la facultad de la imaginación activa arrastró necesariamente consigo la observación rigurosa del mundo material y ésta se tradujo en una actitud de respeto por toda información cuantitativa, y de sospecha hacia toda aserción de orden “cualitativo”» (p. 241)

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