Visiones del paranoico juez: «Hubo noches en que finalmente las almas, bajo la
forma de “hombrecillos”, llovían gota a gota por así decirlo, por cientos, si
no por miles, sobre mi cabeza. Entonces yo les advertía siempre que no se
acercaran, porque en cada caso tenía conciencia, por acontecimientos
anteriores, de la fuerza de atracción inconmensurablemente intensificada de mis
nervios, pero las almas consideraban siempre al principio enteramente increíble
tan amenazadora fuerza de atracción», pp.
119-120
No hay comentarios:
Publicar un comentario